Afecciones de salud asociadas al uso del aire acondicionado

Utilizar el aire acondicionado sin una regulación adecuada puede tener impactos, principalmente, en las vías respiratorias superiores. Estas son las principales complicaciones que puede causar:

Garganta

Las dificultades relacionadas con la faringe se manifiestan a través de sensaciones de picazón, irritación y ardor, incomodidad al deglutir e, incluso, sensaciones dolorosas. “Observamos que la garganta presenta un tono más rojizo de lo habitual debido a la resequedad de la mucosa faríngea”, señala Cabrera. Sin embargo, las inflamaciones faríngeas ocasionadas por la climatización artificial generalmente no son de gravedad.

Infecciones

El incremento en el peligro de contraer infecciones relacionado con el uso del aire acondicionado proviene de la negligencia en la limpieza de los filtros, donde se acumulan diversas formas de microorganismos. La adherencia a las directrices de mantenimiento proporcionadas por el fabricante reduce esta amenaza y asegura un enfriamiento eficaz.

Otitis y sinusitis

La aridez atmosférica potenciada por el uso del aire acondicionado y que repercute en las membranas mucosas del cuerpo puede, aunque con menor frecuencia, provocar tanto otitis como sinusitis.

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Consejos para evitar la irritación de garganta y otras molestias

Las recomendaciones para prevenir las incomodidades producidas por el uso de aire acondicionado son completamente simples y se pueden condensar de la siguiente manera:

Moderación de tiempo y potencia

No es imprescindible subir al máximo el nivel del aire acondicionado para conseguir un sueño profundo. Igualmente, es posible establecer un temporizador para su desactivación después de un periodo específico, evitando así que funcione durante toda la noche. Además, estos dispositivos cuentan con una función de modo nocturno y otras alternativas para ajustar el flujo del aire. En relación con la temperatura, lo más recomendable es evitar configurarlo por debajo de 24 °C. Es aconsejable procurar que el aire no incida directamente sobre nosotros mientras estamos acostados. La mayoría de estos equipos ofrecen la posibilidad de ajustar la dirección de las aspas por donde se emite el aire.

Usar un humidificador

El uso de un humidificador contribuye a atenuar la aridez generada por el aire acondicionado, sobre todo en esos lugares donde impera el ambiente árido.

usar humificadores para mantener la garganta hidratada

Hidratarse de forma adecuada

Al sentir la garganta áspera, una estrategia efectiva para aliviar el malestar es incrementar la ingesta de líquidos a lo largo del día. Cabrera indica que, aunque a menudo se sugiere consumir dos litros de agua al día, “para algunos esta cantidad es excesiva, mientras que para otros es insuficiente; las demandas individuales varían según el peso, el lugar donde se encuentre, la actividad física realizada, entre otros factores.”

Limpieza regular de filtros

Es aconsejable realizar la limpieza de los filtros de la unidad anualmente para deshacerse del polvo, polen, fibras, microorganismos y demás elementos, con el objetivo de evitar alergias e infecciones.

Evitar los irritantes

Para prevenir la resequedad en la garganta, lo óptimo es alejarse de los alimentos y bebidas que la irritan. El alcohol es uno de los principales irritantes, según indica el especialista. Adoptar una dieta mediterránea combinada con actividad física, la dupla perfecta para mantener a raya el colesterol

Por qué afecta a la garganta el ambiente seco

El aire seco generado por los sistemas de climatización puede ser perjudicial para las delicadas mucosas de nuestro cuello, impidiendo su funcionamiento adecuado. Esto puede ocasionar que el tejido de la faringe se inflame, un estado que suele denominarse faringitis. Asimismo, esta condición de sequedad en nuestras vías respiratorias nos hace más propensos a contraer infecciones y bacterias, acarreando posibles complicaciones de salud.

Recomendaciones para proteger la garganta

Por ello, se recomienda moderar el uso del aire acondicionado. No obstante, entendemos que no siempre es posible o está bajo nuestro control, así que te presentamos algunas sugerencias para evitar molestias en la garganta derivadas del uso del aire acondicionado:

  • Acondiciona el espacio: en el lugar donde utilices el aire acondicionado, colocar un humidificador es una excelente idea. Lo óptimo es mantener la humedad relativa del ambiente entre un 40% y 50%.
  • Hidrátate de manera constante: es vital consumir líquidos, preferentemente agua, aunque otras bebidas son aceptables siempre que no se encuentren demasiado calientes o excesivamente frías, ya que esto podría provocar irritación en la garganta.
  • Fomenta la salivación: una forma sencilla y, admitámoslo, placentera de incentivar la salivación es consumir caramelos. Al salivar, contribuimos a mantener la garganta adecuadamente hidratada y así, protegida frente a posibles ataques de virus o bacterias.
  • Intenta evitar, tanto como sea factible, los cambios bruscos de temperatura: si el calor es intenso afuera, ajusta el aire acondicionado a una temperatura que sea refrescante pero no demasiado baja. Los especialistas recomiendan no bajar de los 24ºC (o 22ºC en aquellos entornos laborales donde se requiera vestir traje y corbata).

1. Enciende el aire acondicionado cuando sea realmente necesario

La tentación de mantener el aire acondicionado activo todo el día a medida que las temperaturas aumentan es algo difícil de eludir, sin embargo, es esencial hacer un esfuerzo por evitarlo. No solo conlleva un derroche de recursos innecesarios, sino que también podría ser perjudicial para tu bienestar.

No existe una normativa exacta que establezca cuánto tiempo debería estar funcionando un aparato de aire acondicionado, pero hay algunas sugerencias elementales que es recomendable adoptar:

  • Evitar activarlo en las horas nocturnas.
  • Utiliza el fresco de las primeras horas del día y del crepúsculo para airear el hogar.
  • Manténlo apagado cuando no estés en casa.
  • Úsalo únicamente en las estancias que estén siendo utilizadas.

2. Elige la temperatura adecuada

Optar por una configuración de temperatura excesivamente baja incrementa no solo el consumo energético sino también el impacto negativo sobre el medio ambiente, al mismo tiempo que intensifica la desecación del ambiente circundante. De acuerdo con las recomendaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía, fijar el termostato en 25 o 26 grados es adecuado para alcanzar un confort térmico óptimo.

3. Humedece el ambiente para contrarrestar al aire acondicionado

La operación de condensación esencial para el funcionamiento del aire acondicionado genera un ambiente más seco. Durante los periodos de mayor actividad, es conveniente incorporar humedad adicional:

  • * Implementa el uso de un humidificador.
  • Ubica plantas en lugares clave de tu hogar.
  • * Sitúa envases llenos de agua en esquinas específicas.
  • Seca la ropa al interior del hogar.

4. Cuídate más de lo habitual

Es posible que no te centres mucho en tu alimentación o hidratación mientras estés relajándote en casa. Al hacer uso del aire acondicionado, es recomendable adoptar hábitos saludables: – Hidrátate, frecuentemente con pequeñas dosis de agua para asegurar una adecuada hidratación. – Consume pastillas de miel o mentol para aliviar la garganta. – Ante la primera señal de sequedad o molestia, opta por el clásico remedio de leche con miel o infusiones con hojas de eucalipto y palo dulce.

5. Mantén limpio el aire acondicionado

Las partículas bacterianas se propagan con facilidad a través del ambiente, cada vez que activamos un sistema de climatización que ha acumulado polvo y suciedad. Por esta razón, es fundamental llevar a cabo un mantenimiento y una higiene meticulosos de cada componente.

En numerosas situaciones, nos encontramos en la incertidumbre sobre la frecuencia con la que deberíamos desarmar y chequear nuestros aparatos. Ante esta inquietud, lo más recomendable es ponerse en manos de especialistas en sistemas de refrigeración, quienes están capacitados para identificar cualquier requerimiento con precisión.

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